En una era donde la estética se funde con la biotecnología, los tratamientos que apuestan por activar los mecanismos naturales del cuerpo se sitúan a la vanguardia. Entre ellos, los polinucleótidos destacan como una de las terapias regenerativas más innovadoras y prometedoras para el cuidado facial. Una opción elegante, sofisticada y profundamente respetuosa con la biología de la piel.
¿Qué son los polinucleótidos?
Los polinucleótidos son fragmentos altamente purificados del ADN, obtenidos habitualmente del salmón, que poseen una elevada biocompatibilidad con la piel humana. Cuando se inyectan en las capas superficiales de la dermis, actúan como potentes agentes regeneradores: estimulan la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico endógeno, favoreciendo la reparación celular y mejorando visiblemente la calidad cutánea.
Este tratamiento no solo hidrata y revitaliza, sino que restaura desde la base, ayudando a reconstruir una piel más fuerte, elástica y luminosa.
Beneficios del tratamiento con polinucleótidos
Los resultados de este tratamiento son sutiles pero transformadores. La piel se redensifica de forma progresiva y mejora su aspecto global sin alterar la expresividad ni modificar los rasgos.
Entre sus principales beneficios se encuentran:
- Estimulación natural del colágeno y regeneración tisular.
- Mejora de la elasticidad y firmeza de la piel.
- Reducción visible de arrugas finas y líneas de expresión.
- Aumento de la hidratación profunda.
- Unificación del tono y mejora del aspecto de cicatrices o poros dilatados.
- Excelente tolerancia incluso en pieles sensibles o con rosácea.
Es un tratamiento ideal para quienes buscan resultados naturales, sin cambios artificiales ni efectos secundarios notorios.
¿Cuándo está indicado este tratamiento?
Los polinucleótidos se recomiendan a partir de los 30 años, o incluso antes en casos de pieles deshidratadas, fotoenvejecidas o con signos de fatiga. Es especialmente indicado para:
- Prevenir el envejecimiento en pieles jóvenes.
- Tratar arrugas finas y flacidez incipiente en pieles maduras.
- Mejorar el aspecto del contorno ocular o zonas delicadas.
- Revitalizar la piel antes de eventos importantes.
Pueden utilizarse también en cuello, escote y manos, zonas especialmente sensibles al deterioro del colágeno con el paso del tiempo.
Resultados y frecuencia del tratamiento
Los efectos comienzan a notarse desde la primera sesión, con una piel más hidratada, luminosa y suave. El protocolo habitual consiste en 3 sesiones iniciales, espaciadas cada 2 o 3 semanas, seguidas de mantenimientos trimestrales o semestrales según la evolución de la piel.
El tratamiento no requiere baja médica y permite retomar la rutina diaria de forma inmediata.
Contraindicaciones y seguridad
Los polinucleótidos cuentan con un excelente perfil de seguridad. No obstante, su aplicación debe estar siempre en manos de profesionales cualificados, ya que requiere una técnica precisa para obtener resultados armónicos.
Las contraindicaciones más comunes son:
- Embarazo o lactancia.
- Infecciones activas en la zona de tratamiento.
- Hipersensibilidad a alguno de los componentes.
Los efectos secundarios suelen ser leves y pasajeros, como enrojecimiento, sensación de picor leve o pequeños hematomas en los puntos de punción.
Los polinucleótidos representan una nueva forma de entender la belleza: desde la regeneración, la ciencia y el respeto por la naturaleza de la piel. Un tratamiento que no enmascara, sino que potencia lo mejor de cada rostro, acompañando con delicadeza el paso del tiempo.
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